¡Bienvenido! Soy Miriam Hernández Soler y durante 14 años me he dedicado principalmente a brindar psicoterapia y psicoanálisis a personas que se encuentran atravesando dificultades emocionales o bien, desean sentirse más plenos en su vida. Todos mis estudios los realicé en México, lugar del que soy originaria, y validan mi práctica clínica a nivel nacional e internacional. Soy miembro de diferentes organizaciones tales como la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), Federación de Estudios Psicoanalíticos en América Latina (FEPAL) y Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). Actualmente vivo en Italia y brindo procesos de psicoanálisis y psicoterapia online a adolescentes y adultos que se encuentran en distintos lugares del mundo. He sido maestra a nivel Licenciatura y Maestría en distintas universidades y posgrados de CDMX, y desde hace 4 años soy directora de Centro SanaMente, organización mexicana destinada a promover la Salud Mental. Mi labor en esta organización me permit...
La muerte está ligada de forma
indisoluble a la vida; es una realidad que genera muchos posibles sentimientos
de acuerdo a cada persona, sociedad y momento de vida debido a lo incomprensible
de su naturaleza.
Todos en cierto grado tenemos
miedo a la muerte, debido a que lo relacionamos con la soledad, las pérdidas,
el vacío, lo desconocido, el dolor, etc., y es este miedo lo que nos permite
darle a valor a aquello que poseemos y sentido a lo que hacemos. Si no tuviéramos
temor a la muerte, no podríamos cuidarnos a nosotros mismos o a aquellos que
queremos, digamos que es un temor básico “saludable” que nos permite preservar
y disfrutar la vida.
Sin embargo, es importante
distinguir cuando este miedo deja de ser algo que nos permite vivir y se
convierte en algo que nos impide seguir viviendo: “Veo la muerte en todos
lados, el cable de la plancha, los cuchillos en la cocina, mi balcón… no puedo
hacerle de comer a mis hijos por temor a pensar que algo pudiera sucedernos,
siento un miedo tan poderoso que me impide llevarlos a la escuela” es un
ejemplo de la fobia a la muerte, ideas recurrentes y obsesivas que generan
sufrimiento y alteraciones en la vida cotidiana.

Al explorar las posibles razones
para tener esta fobia, es común encontrar en la historia de la persona
experiencias cercanas con la muerte, por ejemplo haber presenciado o sido
víctima de un evento muy violento, la muerte de algún ser querido, haberse
encontrado en una situación cercana a la muerte (accidentes, enfermedades,
etc.) o incluso enfrentarse a este hecho en edades muy tempranas donde aún no
se tiene la posibilidad de comprenderlo.
Es un hecho que el experimentar situaciones
relacionadas con la muerte o su posibilidad (por ejemplo una enfermedad grave)
siempre ocasionará un momento de desequilibrio y una serie de conflictivas a
resolver.

Las ofrendas, visitas a
cementerios o incluso disfrazar a nuestros niños en un día designado a venerar
la muerte nos habla de la necesidad que tenemos de comprenderla y reflexionar
que significa para cada uno de nosotros.
Es importante acudir con un
especialista en salud mental siempre que nos encontremos ante sentimientos de
mucha angustia referentes a la muerte, para evitar posibles agravamientos o
consecuencias incluso en nuestro rendimiento día a día.