El proceso creativo es una
capacidad potencial que poseemos todos los seres humanos, la cual necesita ser
estimulada y desarrollada durante los primeros años para que pueda llegar a su
máxima expresión en edades adultas.
La creatividad requiere de la
efectiva integración de ambos hemisferios cerebrales, por lo que en cierta
medida esta capacidad está predeterminada por factores genéticos. Sin embargo
el contexto, la educación, la alimentación y la estimulación recibida desde
bebés promueve el desarrollo saludable y el buen funcionamiento de todos los procesos
mentales los cuales se dividen en dos:
- Básicos: Sensación, percepción, atención, concentración y memoria.
- Superiores: Pensamiento, lenguaje e inteligencia.
De esta manera, la capacidad
creativa será el resultado de la conjunción e integración de todos los factores
arriba mencionados, es decir, el proceso cognitivo superior más sofisticado que
facilita y posibilita mejores resultados ante un desafío, pues todos podemos
tener ideas nuevas u originales, sin embargo no todas son aplicables o acordes
a la realidad; se trata de buscar alternativas diferentes y eficaces que distan
de lo convencional y que contienen un sello personal.
Lo anterior es justamente lo que
hace que la creatividad sea una capacidad difícil de lograr, sin embargo hay
ciertas actividades que como padres podemos fomentar para ayudar a explotar su
máximo potencial. Estas dependen de la edad del niño, aunque desde que son
bebés podemos iniciar a estimularla, a continuación se mencionan algunas
alternativas:
- Exponerlos y permitirles interactuar con diferentes tipos de sensaciones y ambientes: agua, tierra, lodo, arena, animales, comida, olores; es decir, estimular sus 5 sentidos, por lo tanto será necesario dejar que se ensucien, por supuesto cuidando su seguridad.
- Mostrarles diferentes tipos de música y baile, aunque no necesariamente todos vayan a ser de su agrado, cada ritmo les generará diferentes estados emocionales.
- Proveer juguetes que en su mayoría requieran que el niño sea activo mentalmente.
- Apartar suficiente tiempo para el juego, pues este es la principal herramienta durante la infancia para la representación mental, emocional y creador del niño.
- Fomentar los juegos de roles, por ejemplo imaginar situaciones o personajes, actuar frente a diferentes problemáticas, con elementos fantásticos guiados por su imaginación.
- Brindarles juegos y actividades que requieran cierto grado de abstracción, por ejemplo rompecabezas, memoramas, sudoku, etc.
- Practicar deportes, idiomas y artes. Al principio el niño necesitará probar varios para encontrar aquel en el que tenga más habilidad y gusto. Vale la pena no desesperarse como padres ante esta búsqueda, la cual no debe ser guiada por los deseos o expectativas de los padres en relación a lo que esperan de su hijo, sino permitir que sea él quien principalmente guíe.
- Preguntar constantemente su opinión respecto a lo que acontece en su vida, por ejemplo ¿qué piensas de tu colegio, tu profesor, el proyecto de matemáticas, cómo decorar tu habitación, qué mascota crees que sea mejor tener?, etc.
- Validar su opinión y hacer referencia constante a sus virtudes y habilidades para acrecentar su autoestima y la confianza que puede tener en sí mismo.
- Recordar constantemente el cariño que se le tiene de forma verbal y física, con abrazos y muestras afectivas.
- Evitar solucionar todos sus problemas, por supuesto habrá algunos que queden fuera de su alcance, sin embargo el no permitirle buscar alternativas o esforzarse ante desafíos, no permitirá que ponga a trabajar su mente en búsqueda de caminos viables.
- Invitarlo a tomar decisiones desde que está en edad escolar, por ejemplo la hora del día en la que hará su tarea, la ropa que usará, la consecuencia a cierto comportamiento inadecuado, lo que comerá cierto día, etc.